El aprendizaje del abecedario es la base de la lectoescritura, fundamental para los aprendizajes de las diversas materias en las posteriores etapas del alumno. El abecedario es pues un conocimiento imprescindible para el aprendizaje significativo de cualquier contenido.
Es frecuente encontrar alumnos con dificultades en el aprendizaje en el nivel de la lectoescritura, y cada uno de ellos con problemas en aspectos diferentes. Es por ello, que lo más eficaz es abordar la lectoescritura desde diferentes perspectivas, facilitando el aprendizaje a nivel visual, auditivo, gestual y manipulativo.
La motivación es una herramienta clave para la adquisición de los aprendizajes del alumno, mediante propuestas atractivas y dinámicas lúdicas.
Para la presentación de las letras, una buena estrategia puede ser trabajar a través de un cuento distinto cada letra, pudiendo ser historias diferentes o un mismo cuento en el que cada una de ellas juegue un papel importante. A través de la historia el alumno es capaz de recordar, tanto la representación gráfica como fonética de cada letra.
También es importante que las letras o palabras aparezcan escritas en mayúscula, minúscula, cursiva/ligada, y en letra manuscrita / imprenta, para que los alumnos puedan relacionar cada sonido fonético con ese abanico de grafías.

Después de presentar cada letra, se pueden introducir actividades para que los alumnos logren diferenciarla auditivamente, primero trabajando cada sonido individualmente y después asociando consonantes y vocales.
Cuando los alumnos ya han logrado diferenciar auditivamente un fonema, se puede trabajar la discriminación visual para que asocien cada sonido con su grafía.
El último paso será la manipulación de las grafías, para que puedan escribir cada letra y dominar su trazo.